Christina Rosenvinge: Continental 62

Disco: Continental 62
Autor: Christina Rosenvinge
Sello: Søster Records/Dro Atlantic
Año: 2006

Al margen de una sabia explotación de su imagen, quizá la gran virtud de Christina Ronsenvinge resida en la habilidad para agarrarse, en forma de estilo, a cualquier clavo musical y hacerlo razonablemente bien aunque tal derroche de eclecticismo y diversidad le hayan supuesto que se ponga en entredicho su credibilidad en más de una ocasión . ha sido moderna, teenager, rockera, lady soul , ha degustado el éxito y la indiferencia, la crítica y la loa, pero nunca se le podrá negar el mérito de estar permanentemente en boca de público y medios, incluso en proyectos fallidos como Magia Blanca o cuando cantó en Eurovisión con el bueno de Alex, es lo que tienen las personalidades poliédricas.

De un tiempo a esta parte, una vez superada su etapa eléctrica en solitario y cuando los designios de la madurez han impuesto su férrea dictadura endureciendo su sempiterna sonrisa, Christina se ha dejado seducir por el riesgo en tres discos tan difíciles como poco comerciales que rompen con todo lo anterior bajo la indudable influencia de la independencia neoyorquina gracias a la convivencia artística en la ciudad de los rascacielos con Lee Renaldo y Steve Shelley de los míticos Sonic Youth. Entre todos, supongo que incluído su marido, el escritor y cineasta Ray Loriga, parecen haber concebido una etapa sin el más mínimo indicio de preocupación por las ventas o por las exigencias de las discográficas, lo que redunda claramente en un producto, cuando menos digno e inteligente, y en una evolución artística más que notable que todavía no ha alcanzado su máximo cenit. Lógicamente, dicha evolución puede gustar o no, pero no sería justo no valorarla incluso por encima del resultado final.

Este "Continental 62", nombre de un vuelo, da la impresión que sin retorno, Nueva York-Madrid de esta compañía, cierra la trilogía iniciada allá por el año 2.000 con el sorprendente "Frozen pool" y continuada, por obra y gracia de la exquisitez y el buen gusto del legendario Borja Casani para su colección de disco-libros de El Europeo, por "Foreign land". A la primera escucha, el disco resulta tremendamente pesimista y sombrío, seguramente la producción de Suso Sáiz, maestro de maestros en el arte del experimento, contribuya lo suyo, pero lo cierto es que se intuye cierto desencanto en la voz de Christina, lo que lo convierte sin duda en una de sus obras más intimistas y personales (quizá incluso por encima de aquel "Cerrado" del 97), un artefacto que raya el dramatismo sonoro en temas como "Window" y "Helicopter song", en los que música y texto dejan al descubierto una sensibilidad desconocida hasta ahora en la hispano-danesa y que constituyen, junto a la excelente "White hole" y el single "A lier to love" el armazón central y los mejores momentos del álbum. Como novedad, tres temas en castellano, la iracunda "Toc-toc", "Teclas negras" y, en especial, "¿Quién te querrá?", en la que vuelve el toque depresivo y la insinuación de que Françoise Hardy no lo hubiera hecho mejor.

Narradas así las cosas, es probable que al avispado lector no le quede despejada la duda de si estamos o no ante un buen disco, de hecho, esa es, en parte, la intención del que suscribe, de otra, es la recomendación de degustarlo con paciencia y sin prejuicios, creo que no es mucho pedir si lo comparamos con la incertidumbre de saber si, una vez cerrado el ciclo, Christina Ronsenvinge será capaz de retomar su pasado, o, por el contrario, buscar nuevas rutas aéreas.

Tracklist:

01. Continental 62
02. White hole
03. Window
04. A liar to love
05. Jelly
06. Helicopter song
07. ¿Quién me querrá?
08. Tok tok
09. Teclas negras
10. Nickel song

Por Aurelio Sánchez.

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